?Esa actitud de estar escuchando m?sica en pe?as o canturreando en una fiesta la encontramos muy fome?, explicaba Robert Rodr?guez en una revista La Bicicleta de enero de 1986. Dado el contexto, las declaraciones del l?der de Banda 69 eran la chispa ideal para encrispar al Canto Nuevo, un movimiento necesario, pero que llev? al fundamentalismo su ortodoxia en torno a lo que pod?a constituir o no aut?ntica canci?n-protesta. El nuevo pop chileno forjado en Chile al alero de Los Prisioneros fue fundamental para mostrar formas diferentes de disidencia ?alternativas a los c?digos del comunismo, sobre todo? y sacudir el peinado de la canci?n antipinochetista. Los trovadores del Caf? del Cerro fueron los ?ltimos en enterarse que en las letras de Jorge Gonz?lez, Aparato Raro, Pinochet Boys y los ?ndice de Desempleo lat?a un pulso de subversi?n cuya vigencia ha probado ser asombrosamente duradera.En ese grupo de improbable canci?n pol?tica, el ?nico disco de Banda 69 registr? una inteligente rebeld?a social que merec?a mejor suerte y m?s extensa difusi?n.
Ten?an estas canciones la misma altura de miras de Los Prisioneros, banda con la cual el grupo mantuvo amistad, colaboraci?n, y una misma cantera de referencias sonoras y tem?ticas (Robert Rodr?guez y Jorge Gonz?lez hab?an compartido un tiempo de estudios en la Universidad de Chile, y ?ste ?ltimo ejerci? de productor del ?lbum, aunque bajo diversos seud?nimos). No hab?a aqu? adhesiones partidistas, sino, m?s bien, la mirada agria hacia lado y lado; y la resignaci?n seca frente a un orden de cosas inamovible, ante el que se brinda ?por cada una de nuestras miserias? y se baila ?al son de nuestras penas?:
Nuestras leyes nos dan risa
Nuestros jefes nos dan pena
Para un pueblo como el nuestro
no hay caminos, ni salidas.[?] De ambiciones, no sabemos.
Grandes sue?os, no tenemos.
Como tontos nos re?mos
Y en nuestra mierda nos re?mos.
Pero siempre hay esperanza para un pueblo alegre.
?Al son de nuestras penas?.
Ska, tecnopop, rock y cierto melodramatismo aprendido de la balada latina son los ingredientes con los que Banda 69 aprendi? a levantar crescendos bailables como los de pocas bandas chilenas de la ?poca. Ah? est?, por ejemplo, ?El presidente?, un tema simp?tico, f?cil (muy en el esp?ritu del tonto exitismo de ?Lo estamos pasando muy bien?, de Los Prisioneros), pero en el que se retoma el agudo sarcasmo bajo el cual el grupo eligi? retratar el desastre sin salida de la sociedad chilena. En las promesas de ese candidato que acabar? con la delincuencia, el desorden, la cesant?a, los problemas educacionales y hasta con el subdesarrollo (?los alimenter? como si fueran chanchos / se?ora, si usted quiere, besar? a sus ni?os / s?lo tiene que votar por m??) est? el germen de la f?cil distracci?n en la que viv?a el Chile bajo dictadura, a la que el Canto Nuevo jam?s aludi?, pero que el pop de la ?poca supo desnudar en toda su pat?tica ridiculez.