Lola Flores nació en el barrio flamenco de San Miguel, en Jerez de la Frontera (provincia de Cádiz), cuna del flamenco, el vino y los caballos. Nació concretamente en el número 45 de la calle Sol, calle muy conocida en la capital del flamenco.
Como buena jerezana Lola Flores era una enamorada del flamenco y el baile, y siendo del barrio de San Miguel no le faltaron noches flamencas en las que sus ojos de arte captaron los mejores cantes y bailes, lo que hizo que desde niña bailara y cantara en la taberna que tenía su padre, Pedro Flores, conocido como «el Comino». Antes de los doce años ya era reconocida como bailaora en los ambientes artísticos jerezanos. Entonces cantaba canciones de Concha Piquer y de Estrellita Castro, siendo esta última un gran ídolo de Lola.
Lola Flores tuvo sus mayores éxitos como pareja artística de Manolo Caracol, con quien trabajó hasta 1951. En 1958 se casó con el guitarrista Antonio González Batista, El Pescaílla, con quien tendría tres hijos: Dolores, más conocida como Lolita, Antonio y Rosario. Los tres se dedicarían al mundo de la canción, así como su hermana Carmen Flores. Tuvo relaciones también con el futbolista del F.C. Barcelona Gustavo Biosca.
De fuerte temperamento y presencia, entre 1939 y 1992 Lola Flores apareció en diversas películas, en las que solía hacer el papel de gitana. Entre ellas resalta todo un clásico del cine español de los 40: Embrujo (1947, Carlos Serrano de Osma), drama musical donde acompaña a su pareja sentimental y artística de aquel momento, Manolo Caracol. Entre sus films folclóricos de los años 50 destacan el exitoso Morena clara (1954, Luis Lucia) versionando el célebre film de 1934, y en compañía de Fernando Fernán Gómez, El duende de Jerez (1953) y Maria de la O (1959), que supone su primera película con Antonio González «El Pescaílla». Otras películas recordadas son La hermana San Sulpicio (1962) y sus populares dramones mexicanos tipo La faraona (1955) o Sueños de oro (1958).