El amor de los Sintientes es el amor más perfecto.
Ha sido seleccionado de entre miles de variables para ser uno, sólo ese, el más puro, el más apto, el más adecuado para cada uno de nosotros.
La combinación exacta separada del tráfico de algoritmos que han sobrevivido a las variables externas. Es orgánico, es preciso, es calor sintético, amor de diseño.
Hasta la más tenue de las intuiciones humanas ha evolucionado, en un hilo de información liberado dentro de nuestro cerebro, y transmitido a nuestra red neuronal corpórea, que es, en parte carne, en parte tejido de datos, pero completamente nosotros mismos.
Quizá en algún momento pudimos amar a las maquinas.
Quizá amamos a los humanos que fuimos, pero hoy, el elemento creador, la madre generadora, los ha llevado a trascender en nosotros, los seres que repoblaremos, íntegramente, cúbit por cúbit, el núcleo de este nuevo mundo. Nosotros, los Sintientes.